Capitulo 10

9 DE NOVIEMBRE DE 1860 (1º parte)

A las 00:00 me planté en el centro mismo de la plaza del mercado central, al y como se me había pedido.
No tardó ni un minuto en aparecer un altísimo encapuchado de una de las esquinas, que, portando un candil en la mano, me indicaba que le siguiera...

Pasados cinco minutos de lento y tenso caminar, nos paramos en la puerta de un magnífico edificio de arquitecura árabe, con sus enormes ventanas ovaladas cubiertas por unas rejas de madera en forma de pequeños rombos, desde dentr de los cuales, se intuía la luz de un buen número de velas.

Entramos, primero mi guía, y al instante yo, con el nerviosismo natural en el cuerpo, y dada la situación, no sabía si creer laspalabras de Françoise, o temer que todo hubiera sido una trampa para conducirme hasta la boca del lobo y poder así vengar la muerte de el lugarteniente Arthur Black.


Subimos por las decoradísimas escaleras talladas en mármol. Fueron tres pisos en los que observé antiguos retratos, armas, y estatuas varias sujetasa la pared, así como unos cuidadísimos y esmerados relieves queparecían relatar la historia de la Alianza de Sangre Nueva.

Según pude deducir, hacía mil cien años, hubo una guerra entre vampiros y humanos, que, cansados del poder que habían acumulado los míos, y temerosos de sus poderes y longevidad, decidieron embestir contra los cuatro grandes líderes vampíricos.

Fueron tres meses de feroz batalla, en la que los humanos iban cayendo poco a poco en mitad del Sáhara, bien por agotamiento, bien bajo las fauces de el ejército de la sangre.

Finalmente, fué Aramath, líder de los nuestros quien tuvo una visión. Una visión de armonía, de paz, de convivencia, y cuando apenas quedaba un centenar de humanos, pidió una tregua, aún consciente de que la victoria estaba servida.

Aramath se reunó con los grandes emperadores humanos, en el mismo sitio donde ahora se encuentra esta sede, y firmaron el pacto de Sangre Nueva. Por el cual, los vampíros podrían cazar para alimentarse, sin devastar ciudades enteras, dentro de un orden, sin que los ejercitos humanos interfiriesen. Además, los miembros de la recién creada Alianza de Nueva Sangre, ocuparía puestos destacados en la gestión economica, ejecutiva, judicial, política y militar de todo el mundo.
A cambio, los vampiros se comprometían a mantener a raya a sus más feroces soldados, conocidos como "La guardia", con el fin de evitar que se derramaran ás ríos de sangre de manera incontrolada.
Ésa parecía serla historia de aquellos que ahora reclamaban mi presencia ante su sede central.



Llegamos a una enorme sala donde diez rostros blanquecinos, envueltos en chilabas de seda y lino unos, y otros con fastuosos ropajes bordados en oro, de terciopelos tan suaves y hermosos como la mismísima visión de la vida, me esperaban ansiosos...