25 de septiembre de 2008

Capítulo 4


18 DE FEBRERO DE 1854

Victoria ya es, a todos los efectos, una correcta cazadora. Me encanta su compasión hacia los más debiles.
Hemos acordado alimentarnos con una dieta compuesta en un 50% de animales, y el otro 50% de enfermos terminales, vagabundos y delincuentes.
Ayer mismo acabamos con un violador de niñas que actuaba en las calles de Nápoles.

Si es necesario matar para alimentarse, almenos lo haremos con aquellos que no merecen la vida que les ha sido regalada, o que no dispongan ya de demasiado tiempo debido a su salud.

Me enorgullece ver que mi princesa ha aprenido en un mes a mi lado, lo que a mi me costó cuatro años asimilar solo.

Su transformación duró 26 horas...algo más que la mía.
Los primeros días fueron muy duros para mí, ya que no me resultó fácil verme obligado a atarla hasta que fuera capaz de controlar al depredador que había despertado en su interior.
Su sed de sangre era, como siempre pasa durante los primeros días, demoledora e insaciable. Así que era yo quien me ocupaba de llevar la cena a casa para evitar que perdiera el control en aras de un instinto que aún no sabía controlar.

Pasada una semana, nos dirigimos a Barcelona, nuestro nuevo destino. Mi soñado regreso a mi país se produjo sin contratiempos, cruzando el mediterraneo en un barco , hasta desembarcar en las costas catalanas.
De momento aún no tenemos casa, así que estamos ocupando una antigua masía en tuinas a las afueras de la ciudad condal.
Cuando Victoria sea totalmente capaz de controlar sus instintos naturales nos mudaremos a un piso de alquiler por el cual he hecho una oferta.
Me gustaría que nos estableciéramos en esta ciudad unos años. Es agradable el halo de arte y creatividad que envuelve a cada esquina, cada casa, cada edificio público...

Aquí espero poder pintar nuevos cuadros... echo de menos tener el tiepo y la despreocupación para poder retomar mi pasión por la pintura.
Ojalá Victoria se acostumbre pronto...

¿Qué puedo decir de la vida marital?, ¡es fantástica!. Ambos vivimos en una permanente luna de miel. Despertyar a su lado es la sensación más maravillosa del mundo...soy tán felíz...


11 DE MARZO DE 1854

Ayer estuvimos comprando algunas telas para nuestro nuevo hogar.
El dinero amasado en mis últimos años cunde excepcionalmente. Y cuando nuestra liquidez baje, quizás pueda encontrar algun trabajo como profesor de dibujo, ya que mi destreza con el pincel así me lo permite.

Es también una suerte no tener que comprar víveres, de manera que ese dinero lo destinamos a comprar ropa. No caemos e la fastuosidad que me caracterizó durante mi etapa en Inglaterra, pero no se puede negar, que tenemos un gusto exquisito a la hora de adquirir prendas y demás complementos para nuestro vestuario.

Hoy tenemos planeado pasear por el casco antiguo, curiosear tiendas y buscar una modista que nos pueda confeccionar cortinas, edredones y manteles con las seds, linos y algodones que compramos ayer.

Percibo una cierta tensión en el aire...casi como una descarga eléctrica que salta de átomo en átomo a nuestro alrededor.. no sé qué puede ser, pero me mantendré alerta...

2 comentarios:

diariodeunamujersola dijo...

mmmm demasiada armonia .... esa sensacion seguro que no le engañara....megusta megusta

Fany dijo...

Curiosa sensación....

un beso!